"El sonámbulo aprendió a usar un ovillo de hilo cada vez que dormía. Sólo de este modo podía regresar a la cama del laberinto del sueño" (Rafael Vázquez).javi_dice: Su mayor mérito no era ser equilibrista, aunque el público aplaudiera con entusiasmo su arriesgada actuación. Nadie, sin embargo, se había apercibido de que el mago caminaba sobre un hilo inexistente...
olga: Hacía equilibrio sobre un rayo de luna, protegido por una red de sueños.
oriana: Ahorcado. Su vida pendía de una cuerda donde el equilibrio era lo menos necesario.
gabriel bevilaqua: Buenas Intenciones. Cuando el funambulista estrenó el abismo, la cuerda intentó salvarlo sujetándolo por el cuello…
Su cuerpo estaba en equilibrio. Pero su mente lo derribó.
ResponderEliminarSu mayor mérito no era ser equilibrista, aunque el público aplaudiera con entusiasmo su arriesgada actuación. Nadie, sin embargo, se había apercibido de que el mago caminaba sobre un hilo inexistente...
ResponderEliminarSu vida pendía de un hilo y a su vez, el hilo dependía de su vida, la madeja de su vida.
ResponderEliminarHacía equilibrio sobre un rayo de luna, protegido por una red de sueños.
ResponderEliminarComo no temía a sus sueños, podía alcanzar la luna paso a paso.
ResponderEliminarEl sonámbulo aprendió a usar un ovillo de hilo cada vez que dormía. Sólo de este modo podía regresar a la cama del laberinto del sueño.
ResponderEliminarLo habéis ido bordando todos, con vuestros hilos.
ResponderEliminarEl colmo de un equilibrista es ser un desequilibrado mental.
ResponderEliminarEra muy hábil sobre el hilo, sobre suelo no podía ni tenerse en pie.
ResponderEliminarAHORCADO: Su vida pendía de una cuerda donde el equilibrio era lo menos necesario.
ResponderEliminar***
ResponderEliminarRafa:
Me encantó el ovillo de hilo que tu personaje usa para su regresar a su propio sueño. ¿De qué estaría compuesto?, me pregunto.
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Dejo también mi pequeña contribución (un poco pesimista, me temo) a esta excelente imagen.
LA LEY DE LA GRAVEDAD: Cuando no puede soportarlo más el funambulista descalzo abandona, junto con el fusil que le sirvió de barra de equilibrios, el ensangrentado alambre de espinos que le sostuviera en las alturas; y al fin, aunque sólo sea en su caída, consigue ser libre.
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«BUENAS INTENCIONES»
ResponderEliminarCuando el funambulista estrenó el abismo, la cuerda intentó salvarlo sujetándolo por el cuello…
Gabriel aún no había tenido ocasión de comentar alguno de tus textos, así que ahora aprovecho la oportunidad para felicitarte por todos ellos. Gracias por tu participación en este sitio, en el que esperamos seguir contando con tu presencia.
ResponderEliminarHola Javi, gracias a ti por tu visita, y por el espacio; y claro, que si veo luz y dejan las puertas abiertas tornaré. La idea y el nombre de la bitácora me parecen realmente buenas.
ResponderEliminarSaludos.