"No hay línea de horizonte si tienes el alma en los pies" (Manuel Pérez Báñez).javi_dice: Trató de dar un paso hacia adelante. Pero su alma ya era pesada como el plomo.
oriana: Por más que quiso, no le fue posible desligarse de su pasado.
nohubounavez: Llevaba una doble vida. Caminaba sobre dos caminos inconexos al mismo tiempo.
carolina: Cuando llegas al borde del abismo, la única forma de avanzar es dando un paso hacia atrás.
jacinto: Cuando se descubrió incapaz de alzar el ánimo, decidió hacer descender su consciencia hacia él. Desde entonces nadie (ni siquiera él mismo) entiende el por qué de esa felicidad que tanto le define y motiva ahora. Pero ¿acaso importa?
campanas de belén: El era un fantasma que aún no conseguía dominar la técnica de solidificación y a veces involuntariamente se hundía en el piso (incluso hasta llegar al centro de la tierra).
martín: Hubiera saltado al vacío, si no hubiera estado atrapado en el lleno.
lorea otsoa honorato: El miedo nos atenaza y nos impide ser aquello que merecemos ser, somos esclavos del temor.
Trató de dar un paso hacia adelante. Pero su alma ya era pesada como el plomo.
ResponderEliminarLa línea de la vida no la tenía trazada en sus manos.
ResponderEliminarPor más que quiso, no le fue posible desligarse de su pasado.
ResponderEliminarNunca supo cómo fue que llegó tan lejos. Su vida entera era un lastre.
ResponderEliminarYa no podía decidir su propio destino. Hacía tiempo sentía que lo ataban de pies, de manos, de consciencia...
ResponderEliminarEstaba al borde del precipicio, sin embargo algo le impedía saltar.
ResponderEliminarSe mantenía impasible, aún le lanzaran piedras.
ResponderEliminarAquél hombre no sufría estrés. Podías adivinarlo porque parecía tan relajado que los brazos le colgaban casi por debajo de las rodillas.
ResponderEliminarLa realidad lo mantenía anclado. El soñador quería alzar vuelo.
ResponderEliminarRompió las cadenas que lo ataban. No usó la fuerza bruta, sino la paciencia de arañarlas durante años.
ResponderEliminarSu sombra se negó a seguir en la esclavitud.
ResponderEliminarNo hay línea de horizonte si tienes el alma en los pies.
ResponderEliminarUn accidente dejó paralizados mis brazos y mis piernas. Desde ese día camino con el camino al cuello.
ResponderEliminarCon frecuencia el camino se agita y revuelve. Y andar es intentar caminar con resaca de polvo que empuja hacia atrás
ResponderEliminarLlevaba una doble vida. Caminaba sobre dos caminos inconexos al mismo tiempo.
ResponderEliminarEl era un fantasma que aún no conseguía dominar la técnica de solidificación y a veces involuntariamente se hundía en el piso (incluso hasta llegar al centro de la tierra).
ResponderEliminarEl miedo nos atenaza y nos impide ser aquello que merecemos ser, somos esclavos del temor.
ResponderEliminarAcabo de descubrir el blog, y me gusta mucho.
Saludos.
Saludos Lorea, este blog es el hermano en imágenes de "Minificcionario". Allá podrás encontrar muchos más breves que esperamos te gusten también.
ResponderEliminar"Hubiera saltado al vacío, sino hubiera estado atrapado en el lleno."
ResponderEliminarQue placer encontrar este sitio! Soy un fanatico de las minificciones. Los invito a conocer las mías en el Living. Felicitaciones! Saludos
Cuando llegaste al borde del abismo,la única forma de avanzar es dando un paso hacia atrás.
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ResponderEliminarEs muy buena tu reflexión, Carolina.
Manuel, me inspiro en la tuya (también estupenda) para componer yo ésta:
Cuando se descubrió incapaz de alzar el ánimo decidió hacer descender su consciencia hacia él. Desde entonces nadie (ni siquiera él mismo) entiende el por qué de esa felicidad que tanto le define y motiva ahora. Pero ¿acaso importa?
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Y nada más, salvo un saludo a todos/as.
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En realidad sólo había atravesado su sombra.
ResponderEliminarY se quedo atrapado entre todos sus miedos.